lunes, 22 de noviembre de 2010

Muerte de un "don nadie"

Luis Ramiro Álvarez, un delineante de 29 años, consultó la semana pasada Internet en el estudio de ingeniería en el que trabaja. Tecleó en Google el nombre de su padre, de quien no sabía nada desde hacía cuatro años. Lo encontró en una lista de fallecidos. Averiguó que había muerto seis meses antes en un hospital y que lo habían enterrado en la zona de caridad del cementerio sur al no hallar a su familia. El chico, impresionado, abrió su blog y escribió la historia de su progenitor en un post que tituló así: "Reconocimiento a la muerte de un don nadie".


Aún no sale de su asombro. "¿Cómo no nos han avisado si sabían su nombre y apellidos?" Los protocolos establecidos para localizar a las personas que mueren sin documentación no han funcionado en este caso. Bastaba con echar un vistazo a la guía telefónica para encontrar a cinco personas con los mismos apellidos del difunto, Álvarez Fidalgo. Dos de ellas son sus hermanas.

Luis Ramiro encontró el nombre de su padre en la lista de fallecidos del periódico Abc del 23 de julio. Ramiro Álvarez Fidalgo (0). No se especificaba su edad. "Con este simple dato en mis manos, me puse a mirar más páginas, y finalmente hallé el lugar en donde había sido enterrado a través de una página web de esquelas que además ofrece servicios funerarios", relata. Después fue al cementerio y entonces supo que había muerto en la Jiménez Díaz. Le acompañaba un tío cuando fue a la clínica: "Al visitarla en busca del historial médico para saber de qué demonios había muerto, nos encontramos con que allí poseían no solo su fecha de nacimiento, sino incluso su número de DNI, datos suficientes para poder haberse puesto en contacto con alguno de sus familiares en el momento de su defunción". Las Administraciones implicadas no se explican lo sucedido.

Luis Ramiro aún recuerda el día que encontró a su padre en un banco de Atocha, rodeado de gente fumando filtros, agarrados a unos cartones de vino como quien se abraza a una religión. Llevaba la camisa llena de lamparones. Se dio cuenta de que su progenitor se había convertido en uno de los muchos indigentes que merodean por la ciudad. Su declive personal había empezado a principio de los años noventa. Su mujer murió de un ataque al corazón y al año siguiente cerró la fábrica de piezas de coche donde trabajaba. Con 40 años se vio viudo y sin empleo. Nunca más volvió a encontrar un oficio.

El dinero que había cobrado por el despido se fue agotando hasta el punto de no poder afrontar el alquiler de la casa en la que vivía con sus dos hijos, Luis Ramiro y Diana. Mandó a los niños a vivir con sus tíos y él se echó a la calle, a dormir al raso. No quería la ayuda de nadie. "Es muy difícil y desesperante apoyar a alguien que no quiere. Es frustrante", cuenta Luis Ramiro. La familia le ofreció un piso vacío donde pudiese dormir y ducharse, pero siempre lo rehusó con alguna excusa.

Luis Ramiro se empeñó en hacerle el DNI hace cuatro años. Fue una de las últimas veces que lo vio. Se presentó repeinado y con una camisa blanca con manchas para ir a comisaría, pero no pudo renovar el documento porque le faltaba un papel del padrón. Ramiro prometió volver al día siguiente pero no lo hizo. Poco después murió su madre, una mujer muy mayor que le daba dinero para tabaco y comida. No fue al entierro. "Creo que no quería que nadie le viese", piensa el hijo.

Nadie sabe qué fue de Ramiro hasta el 12 de junio de este año. Sufrió un paro cardiaco en un albergue de la capital y le atendió el Samur. En el parte de los servicios de emergencias se recoge su nombre (no se sabe quién lo facilitó) y a continuación se especifica que sus antecedentes personales eran desconocidos. Lo trasladaron a urgencias de la clínica de la Concepción y un rato después lo subieron a la UCI. Allí falleció a las seis de la tarde. El hospital dio parte al Juzgado de Instrucción número 3 de Madrid, que decretó que el cadáver fuese trasladado al Instituto Anatómico Forense. Permaneció un mes en los frigoríficos de la Ciudad Universitaria hasta que el juez ordenó a la funeraria que lo enterrara.

En el protocolo que se sigue tras la muerte de un desconocido, en el que participa la policía, el juzgado y el hospital, algo falló. Nadie logró ponerse en contacto con la familia una vez que se le había identificado plenamente. La ley no aclara con precisión qué hacer en un caso como este. "Es un caso extraño. Ha habido un agujero en alguno de los pasos", aciertan a decir los encargados del protocolo.

La directora comercial de Interfunerarias, Sara Revilla, explica que hay dos formas de identificar a un paciente: que lleve documentación o que una tercera persona dé fe de su identidad. Después están los no identificados. "El hospital contacta entonces con servicios sociales para intentar localizar a la familia con los pocos datos que tengan, en este caso solo un nombre. Si no lo consigue, manda la documentación al juzgado y allí dan parte a la Policía Científica para que averigüe de quién se trata. Después, claro, hay que avisar a algún familiar para que lo sepa y puedan decidir qué hacer con el cuerpo", continúa Álvarez. Este último paso no se llevó a cabo esta vez.

El misterio se agranda al ver en el registro que en su parte de defunción tan solo aparecen su nombre y apellidos. El resto de casillas como el domicilio, la fecha de nacimiento o la edad están completadas con un "no consta". En un entierro de beneficencia que costó 2.262 euros al Ayuntamiento, Ramiro Álvarez fue enterrado en soledad. El municipio se hace cargo de unos 15 entierros de caridad al mes y en ello se ha gastado casi medio millón de euros este año. Un 18% más que en 2009.

Es imposible saber cuántos casos como este han ocurrido en la ciudad, pero la idea carcome al hijo del fallecido. "Si esto ocurre con normalidad, habrá que decirlo. Hoy ha pasado con mi padre, pero hay que evitar que ocurran cosas como estas con los indigentes. ¿Quién se ocupa?", agrega. Su padre se convirtió en un solitario que ni siquiera aparece en ningún registro de los Servicios Sociales del Ayuntamiento, que en febrero de este año contabilizó a 596 personas sin techo durante un recuento nocturno.

En el blog, Luis Ramiro deja sus impresiones: "No poseo el conocimiento de si este es el modus operandi en todos los fallecimientos de indigentes, pero lo que sí puedo saber es que mi padre mereció al menos un mínimo reconocimiento, ya no en vida, la cual eligió y no quiso ayuda de ningún tipo, pero por lo menos en su muerte por parte de sus familiares".

Continúa: "Vivió en la calle durante más de 10 años como un desconocido, y fue enterrado de igual manera, solo. Solo queda decir que hay quienes no le olvidamos, a pesar de que por lo visto se ponen medios para que esto ocurra". Luis Ramiro quiere que, ante todo, esto sirva de homenaje a su padre, muerto como "un don nadie". Que así sea.
Via de Información: Periodico "El Pais".

viernes, 12 de noviembre de 2010

Carta a la Defensora del pueblo, para dejar oir la voz de las personas sin techo.

Un grupo de voluntarios que colaboran con personas sin hogar han escrito una carta que se entregará a la Defensora del Pueblo. Denuncian la situación que sufren las personas sin hogar de Madrid a las que, en las últimas semanas, la Policía Municipal y los servicios de limpieza les están incautando sus bienes, los únicos que tienen. Si quieres firmar, puedes hacerlo en el linkde abajo. ¡Gracias!
A la Defensora del Pueblo


Muy señora mía,

Nos dirigimos a Vd. ante la situación generada en las últimas semanas en Madrid por la cual se están produciendo de manos de la Policía Municipal numerosas incautaciones de bienes a las personas sin hogar que viven en las calles de esta ciudad. Las intervenciones de la Policía Local están siendo cada vez más intensas y frecuentes, llegando incluso a tres en la misma semana, en los mismos sitios y contra las mismas personas.

Entendemos que la situación resulta insostenible toda vez que, mediante dichas incautaciones, se desprovee de sus escasos bienes personales (ropa, alimentos, documentos y enseres) a quienes carecen de recursos suficientes, agravando su situación ya precaria de por si, y exponiéndoles a los rigores del invierno que estamos a punto de enfrentarnos. Tanto más cuanto que, entre el material sustraído, se incluyen los artículos de primera necesidad necesarios para protegerse del frío, como colchones, mantas, sacos de dormir, etc.

A esta situación se suma la práctica inexistencia de alternativas viables para quienes duermen en la calle en Madrid, puesto que los recursos puestos a disposición por el Ayuntamiento resultan claramente insuficientes e insatisfactorios, tanto a nivel de seguridad como de trato.

Nos dirigimos a Vd. dada la imposibilidad de hacer llegar nuestra queja a ninguna instancia municipal competente, ante el temor a las represalias por parte de los afectados

(las personas sin hogar de las calles de Madrid).

Consideramos que no existe razón válida para una acción como ésta cuyas consecuencias para quienes las sufren pueden ser incalculables. Más aún cuando la inmensa de la mayoría de las personas sin hogar afectadas no representan peligro alguno de seguridad ni salubridad.

Adjuntamos escrito redactado por uno de los afectados por la medida, Mariano Álvarez Aguado, persona sin hogar en el barrio de Arapiles:

"Somos un grupo de personas con problemas para dormir en la calle debido a que cada 6 u 8 días, la Policía Municipal nos tira las pertenencias de que disponemos, colchones o cartones, mantas, ropa, documentos, recetas médicas y comida. Es fácil, estamos en la calle y no tenemos nada. El gasto para esta operación es muy barato, 6 u 8 municipales y 3 o 4 dotaciones de limpieza del “Selur” para recoger lo máximo, y encima tenemos que dar las gracias porque ellos deciden lo que te puedes llevar si estás en el momento que te quitan todo. Da igual seas español, rumano, polaco, etcétera. Por lo visto somos el peligro más importante de la provincia.


Fdo. Mariano Álvarez Aguado y varias firmas más."


Quedamos a la espera de su respuesta.


Reciba un cordial saludo.

Si quereis firmar esta carta dirijida a la Defensora del Pueblo, puedes hacerlo en el siguiente enlace
https://spreadsheets.google.com/viewform?formkey=dDMtX3gxNFpfSjF6YVZYTUYyM3R4UUE6MQ.

viernes, 30 de abril de 2010

La Princesa Busca Marido ( Jorge Bucay)

Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue.

Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven.Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días.

La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey:

- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.

El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él.

Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo:

- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?
Y el hijo contestó:
- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento, no merece mi Amor, ¿verdad madre?

Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no lo hace ,es porque todo se ha terminado.

La Funcion por hacer

"El teatro no puede morir.
Forma parte de la vida misma; todos somos actores. Y aunque fueran abolidos y abandonados los teatros, el teatro seguirá en la vida, insuperable. Y siempre sería espectáculo la misma naturaleza de las cosas." ( Luigi Pirandello).

Os recomiendo una obra de teatro, sencilla, sin muchas pretensiones, pero con un resultado tan excelente, como sorprendente.
Una clase de interpetacion maravillosa, una version libre de la obra de Pirandello, "Seis personajes en busca de autor", donde se mezclan los personajes con los actores, y donde queda demostrada la importancia del autor.
Se remueven los sentimientos propios de los personajes, con los de los actores, y explica como el actor, a la hora de interpretar coge prestado los sentimientos y las sensaciones de los personajes, para moldearlos y darles forma, para tratar de transmitirlos al espectador.
Parece un lio, pero lo mejor es pasarse a verla, ademas de ser una representacion muy cercana, se representa en una sala pequeña, donde no caben mas de 150 personas.

Esta obra empezó representandose en el hall del Teatro Lara, los dias de descanso del teatro, luego salio de gira por algunas ciudades, y por fin regresa a Madrid, en la sala pequeña del Teatro Español, ademas a precios economicos, si vas los miercoles y jueves son 12€.

Autor: Luigi Pirandello. Adaptación: Miguel del Arco y Aitor Tejada. Director: Miguel del Arco. Sonido: Sandra Vicente. Iluminación: Juanjo Llorens. Intérpretes: Israel Elejalde, Bárbara Lennie, Miriam Montilla, Manuela Paso, Raúl Prieto y Cristóbal Suárez. Lugar: Teatro Lara. Madrid


Os dejo una critica sacada del periodico ABC:

Medular, directa, esencial, intensa, apasionante. Así es la versión vertiginosa y libre que Miguel del Arco y Aitor Tejada han empaquetado de «Seis personajes en busca de autor». Un trabajo, más que de adaptación, casi de reinvención, al estilo de concentración suma y tan respetuoso como desprejuiciado con que el argentino Daniel Veronese se ha aproximado a obras de Chéjov o Ibsen. Del Arco y Tejada parten del texto de Pirandello para culminar una obra diferente en varios aspectos pero fidelísima a la esencia de esa comedia por hacer, como denominó el dramaturgo italiano la hipotética obra no escrita a la que pertenecen esos personajes que buscan un autor.

Aquí son cuatro los seres de ficción corporeizados que irrumpen no en un ensayo sino en la representación de una pieza que enfrenta a un pintor y a su novia; cuatro criaturas con las pasiones a punto de ebullición: dos hermanos con sus respectivas parejas; el mayor mantuvo una relación con la mujer del pequeño, reciente madre de un niño que la esposa del primero aprieta entre sus brazos, pues el suyo murió. Cada cual enarbola el filo de sus pulsiones como arma y/o como escudo. El mayor sufre al revisitar obligadamente su drama, su mujer es un fantasma de maternidad desgarrada, el hermano menor parece un emblema de la fuga y de la ira, y la joven pareja de este ansía repetir la mezcla de placer y dolor que es su parte de la historia. Los dos actores de la obra interrumpida reaccionan ofendidos primero e interesados, subyugados, horrorizados después.
Y todo esto sucede a dos palmos de las narices de los espectadores, con los intépretes agitándose entre el público que los fines de semana acude al vestíblo del Teatro Lara, donde este montaje, estrenado hace mes y pico, es ya un urgente secreto a voces que ha reventado los termómetros de la expectación. Del Arco y Tejada han elaborado una magistral reinterpretación y puesta al día de un texto clave del teatro universal: conservan y revitalizan la columna vertebral de la función, han podado algunos excesos retóricos, perfilado el meollo fundamental, rebozado en humor parte de la metateatralidad y dejado limpio de redundancias ese sutil juego conceptal entre lo verdadero, lo real y lo representado.
Miguel del Arco imprime a la representación un ritmo eléctrico y los seis actores le responden como instrumentos ferozmente afinados. Israel Elejalde mantiene en vilo la contención dolorosa del hermano mayor, Manuela Paso resume su tragedia de madre en un grito estremecedor y en sus lágrimas de mujer aterida por el espanto, Raúl Prieto interpreta al hermano pequeño con el peligro cosido en los ojos y la furia bailando en cada gesto, Bárbara Lennie trenza naturalidad y verdad al exhibir una voracidad sensual sin pudor ni remordimientos, Cristóbal Suárez sabe mirar a esos personajes que han hecho trizas su función con afectada pertulancia y también con fascinación por el material bullente que tiene ante sí, y Miriam Montilla sirve con vigorosa ironía a la actriz iracunda y mordaz que retrata los tics de su profesión. Un gran espectáculo que merece continuidad.

jueves, 28 de enero de 2010

¿¿¿ El fin , justifica los medios ???


(algunos de los carteles presentado al concurso)

Se ha montado una polemica, bastante importante, por el concurso del cartel anunciador del "Carnaval de Herencia 2010".
Se han dicho muchas cosas, e incluso se ha cerrado alguna pagina Web.
Decir, que elogio la calidad de la portada del libro del Carnaval. Me parece que es muy buen trabajo de diseño grafico y doy la enhorabuena a los autores. Quiero dejar bien claro, que ellos, deben estar fuera de esta polemica, han realizado muy bien, un trabajo que se les ha encargado.
El concurso para seleccionar el cartel anunciador del Carnaval de Herencia, se remonta al año 1986. Desde entonces la eleccion del cartel nunca ha agradado de forma unanime a todos, porque para gustos los colores.
En el año 1987, se presentó un cartel estupendo, pero el concurso se declaró desierto, por una decisión de la comison de festejos, (entonces no existia la comision del Carnaval). Despues se contrató a un pintor de Madridejos, para que realizara un cartel por encargo.
En este año, tambien se cuestionó, la forma de realizar la elección, y por supuesto se criticó y se comentó, e incluso, la charanga de "La Pedriza/ Topytu de baratiyo", lo plasmaba en la letra de una de sus canciónes ese mismo año.

Presuntamente tememos que se comenten presuntos,
errores intencionados en gran cantidad de asuntos.
Presuntamente el cartel que el carnaval encabeza,
de Herencia debiera ser y lo han traido de fuera,
y como somos humanos equivocarnos podemos,
pero hay presuntos errores que nos producen mosqueo.


Presuntos, por todas partes presuntos,
que esconderán por ahí,
lo cierto, es que al pueblo llano,
lo estan poniendo a parir.

(la Pedriza, carnaval de 1987)

Me impresionan las voces que quieren acallar los comentarios, opiniones y criticas, que son la base y el fundamento de nuestro Carnaval.
Respecto a la decisión de un jurado, tenemos que respetarla, nos guste o no. Lo unico que me crea dudas, que todo esto estuviera preparado de antemano, cosa que es dificil demostrar, y de ser asi me causaría mucha tristeza.
He visto los carteles presentados, y me parece que la calidad es la misma que todos los años. No se puede esperar mas con la cuantia del premio y el tiempo. No voy a pasar a discutir la calidad, porque pienso que todos tienen suficiente calidad, si lo comparamos con el respeto que hay que tener por el trabajo de todo el mundo.
Si se busca mas calidad, seria aconsejable no admitirlos en el momento de su presentación.
No cuestiono que el premio se haya declarado desierto, lo unica pregunta que me queda es:

¿¿Se tenia preparada la opcion B, antes que fracasara la opcion A??

“En Carnaval tó pasa, pero luego se repasa”.

¡¡¡ Feliz y Ansiado Carnaval de Herencia 2MX !!!

Un adverbio se le ocurre a cualquiera

Este articulo de Juan José Millas y publicado en la revista Interviu, le ha valido al autor el premio de literatura "Don Quijote" de Periodismo.

Hemingway cobraba los artículos por palabras. A tanto el término, lo mismo daba que fueran adjetivos que sustantivos, preposiciones
que adverbios, conjunciones que artículos. No recuerdo de dónde saqué esa información, hace mil años (cuando ni siquiera sabía quién era Hemingway), pero me impresionó vivamente. En mi barrio había una tienda de ultramarinos, una mercería, una droguería, una panadería, una lechería… Pero no había ninguna tienda de palabras. ¿Por qué, tratándose de un negocio tan lucrativo, como demostraba el tal Hemingway? Para vender leche o pan, pensaba yo, era preciso depender de otros proveedores a los que lógicamente había que pagar, mientras que las palabras estaban al alcance de todos, en la calle o en el diccionario.

Imaginé entonces que ponía una tienda de palabras a la que la gente del barrio se acercaba después de comprar el pan. Sólo que yo las vendía a precios diferentes. Las más caras eran los sustantivos, porque sustantivo, suponía yo, venía de sustancia. Si la sustancia de una frase dependía de esta parte de la oración, lo lógico era que valiera más. Después del sustantivo venía el verbo y, tras el verbo, el adjetivo. A partir de ahí, los precios estaban tirados. Cuando un cliente, en mis fantasías, compraba tres sustantivos, le reglaba cuatro o cinco conjunciones, para fidelizarlo. Mi padre, que era agente comercial, utilizaba mucho el verbo fidelizar. ¿De dónde, si no, iba a sacar yo esa rareza gramatical? En mi tienda imaginaria había también un apartado de palabras inexistentes, para gente caprichosa o loca. Aún recuerdo algunas: copribato, rebogila, orgáfono, piscoteba, aguhueco, escopeja…

El negocio imaginario iba bien. Todo el mundo necesitaba mis palabras. Al poco de inaugurar la tienda tuve que contratar dos empleados porque no daba abasto. Luego compré el piso de arriba para ampliar el negocio, pues llegó un momento en el que la gente me pedía también frases. Puse en el sótano un taller con cuatro gramáticos que se pasaban el día construyendo oraciones. Las había de muchos precios, claro. Las frases hechas eran las más baratas. Recuerdo, entre las que tuvieron más éxito, en boca cerrada no entran moscas y no rascar bola, pero a mí me gustaban mucho también leerle a alguien la cartilla, ser un hueso duro de roer, chupar cámara, pelillos a la mar, o mi sastre es rico. El precio de las frases aumentaba a medida que resultaban menos comunes, o más raras. Por alguna razón que no llegué a entender, había mucha demanda de frases absurdas. Me duelen los zapatos, por ejemplo, los espejos fabrican harina orgánica, o las cremalleras son menos sentimentales que los botones. Con el tiempo tuve que crear un departamento dedicado de manera exclusiva a la construcción de frases absurdas.

La idea de la tienda de palabras y frases me resultó muy liberadora, pues siempre pensé que ganarse la vida era condenadamente difícil. El mayor miedo de mi infancia era el de acabar en una esquina, vendiendo pañuelos de papel. Un día que mi madre, tras suspirar con expresión de lástima, se preguntó en voz alta qué iba a ser de mí, le dije que no se preocupara, pues había decidido que iba a poner una tienda de palabras. Tras meditar unos instantes, me dijo que eso era un disparate y que debía poner mis energías en cuestiones prácticas. Ahí acabó mi sueño de vender palabras. Luego, de mayor, comprobé que los anuncios por palabras constituían un capítulo muy importante en la cuenta de resultados de los periódicos. Pero no le dije nada a mamá, para que no se sintiera culpable.

De todos modos, acabé viviendo de las palabras. No tengo una tienda abierta al público, tal como soñaba entonces, pero me levanto por las mañanas, las ordeno en un papel, las envío al periódico o a la editorial y me pagan por ellas. A tanto la pieza. Una pieza es un artículo. El término pieza se utiliza también entre los cazadores para denominar a los animales abatidos. La semejanza es correcta, pues escribir un texto se parece mucho a cazarlo. De hecho, con frecuencia se nos escapa. La otra noche, en la cama, con los ojos cerrados, pasó volando por mi bóveda craneal un artículo estupendo. Me levanté, cogí un cuaderno que tengo en la mesilla, apunté con el bolígrafo, pero la pieza había desaparecido. Desde la utilización masiva de los ordenadores, contamos los artículos por palabras. Éste que están ustedes leyendo tendrá unas 4.700. Puedo calcular a cuánto me sale la palabra y decir que cobro en plan Hemingway. Pero me sigue pareciendo mal que me paguen lo mismo por un sustantivo que por un adverbio. Un adverbio se le ocurre a cualquiera.